domingo, 30 de diciembre de 2012

VIII.

Cuántas, son capaces de regalar paz
con su sola presencia.
Cuántas, después de sufrir los males del latir,
son luz sanadora y no vengadora.
Cuántas enmudecieron en su juventud,
y mitigan después el dolor en su vejez.
Cuántas van hablando y al buscar
ignoran maliciosamente aquello, que después añoran.
Cuántas, siendo las más bellas,
son capaces de besar como ángeles terrenales.
Cuántas al calor de unos labios
son capaces de callar aquellos fútiles, te quieros.
Y amar en silencio.

Cuántas y cuántos amor.....

No puedo apartar la vista de ti
sin conocerte, siquiera imaginarte.
Porqué sé que no hay en ti vanidad, ni miedo
ni venganza, ni añoranza, solo amor y nuestro silencio,
cómplice de vida y de tardías caricias, pero indemnes, cálidas.

No puedo apartar de mí éste sueño magnífico,
porqué sé que existes, y no hay hiedra en ésta roca, no hay hiedra;
Siego el sendero dejando crecer verde y blanda la hierba,
como manto eterno de primavera.
Buscando y esperando que tus pies, a ella y a mí se adhiera.

1 comentario:

  1. Tu poema es esperanza, no la pierdas nunca por favor...no apartes nunca los ojos de ella, pues llegará y te brindará todo el amor que mereces y será tu luz y tu guía y será roca y pisará esa hierba blanda y verde!!

    He comentado tu anteriores poesías, he querido empezar desde la última que te comenté hasta aquí, ahora debo dejarlo pero esta noche seguiré leyéndote y comentándote todo lo que has escrito.

    Hasta entonces te dejo mi abrazo...ya sabes ...sigo colgada en tu cuello, peso??, jajaja!!!, es lo que hay, tú tienes la culpa!!!

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