domingo, 30 de diciembre de 2012

XIV.

Creo que podría retornar de nuevo.
Han caído las telarañas, desovilladas, libres de adherencias,
han sido deshojadas todas las oscuridades,
hoy, son apenas ínfimos granos en ésta mi Oaisla.
Mi querida mar, pone freno a mi garganta,
sus espumas alejan entre vaivenes, añejas voces malditas,
y hoy el sol enternece mi rostro.
Han llovido tristes principios y todos ellos
son enterrados por generosos remolinos,
enviándolos al interior de ésta mi mar amada.

Creo que podría retornar nuevamente.
La Isla es a día de hoy, Oasis, mi oaisla,
no hay prisa me digo, no hay prisa.
Cicatrizar la vida es largo, me pienso...

...Acogiste en tu seno mis lágrimas derramadas
sin las sombras lúgubres que me atormentaban,
sin la trampa de las palabras
sin el ánimo estéril que ello acompaña.

Acogiste en tu pecho terroso cada paso
dado, cada tropiezo, con cautela y calor.
¿Quién te regaló tanto poder? mi sanadora Oaisla.
¿Quién puso la pureza al viento, siendo hálito?
tú, y en ti. tú y en ti.

Hoy recojo lo sembrado, en este tiempo inmenso.
Regalo del amor y respeto, silencio silencio;
En ti la piedad del universo,
en ti, la inmensidad y pensamiento regalado;
En mí enraizado, queda el misterio y la humildad.

Crece en mí, tu verso, mi Oaisla querida,
depurándose mi condición de hombre.
La oscura cueva, nido estéril que fui, es hoy,
conocimiento que ahonda en mi ser.

1 comentario:

  1. Es un poema lleno de esperanza, de entrega, de ofrecimiento de ti mismo y me gusta, que escribas con ese ánimo, con esa ilusión y fuerza renovada.

    Enhorabuena por ser hoy, el hombre en que te has convertido!
    Un beso!!!!

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