Y pese a todo, el sendero andado
dista mucho de ser triste.
Entre dos majestuosos
se encuentra la piedra gris de los recuerdos,
de pensamientos mortales callados
desde dónde te hablan mis palabras sin duelo.
La tierra de alrededor de verde primavera,
es, en este invierno de blancura
muestra del todo que nos dejaste.
Transitaste por la hierba terrenal,
dejando la huella perenne del brote.
Inmaculada, baja la niebla por la ladera,
posando las necesarias perlas
sobre los pétalos de rosas blancas marchitas.
Lejos, sollozando, dejaste el misterio
del ser, Ser.
La noche fija sobre ti, a las durmientes estrellas.
Mi querido Ramón!!!!
ResponderEliminarEternamente agradecida a tu poesía.
Piensa sobre todo en esa tierra verde, en lo que dejó tras su paso.
Y lo que tú dejas en nosotros.
Te abrazo, no lo olvides!!!