sábado, 29 de diciembre de 2012

VI.

Esta absurda simbiosis en la que vivo,
y con quién tanto comparto.
¿Cuándo mudé mi juventud? en qué ocaso.
Aquel esplendor primaveral;
y mi memoria ¿A quién dejaré su recuerdo?
Cubren mis surcos las canas del tiempo,
mientras despierto al tedio de la noche Otoñal.
Simbiosis extraña, de amor y odio,
que quebranta mi sueño tras ser acuchillado
por su tenue luz y gélido aliento.

Pienso que me ama dándome incesantemente muerte,
pienso que lo amo por yo dejarme.
Me observo en su tez, en su hermosura,
dando así a mi vejez cierta cordura.
Mis pensamientos extenuados descansan
entre pinceladas aromatizadas,
mientras el peregrino -viento celoso-
escarcha sin piedad mi vencido rostro.
¡Cuánta lágrima destilada! ¡Cuánto velo de belleza!
Yacen tras mi pecho tantos corazones muertos.

Extraña simbiosis que me da incesantemente vida y muerte
Y yo me dejo, yo me dejo.

1 comentario:

  1. El tiempo pasa, y los recuerdos...en tu memoria y en quienes te conozcan quedaran, no lo dudes Ramón, tu espíritu vivirá mientras alguien recuerde tu nombre y lo que dejaste.

    Me parece tan poco lo que comento, sé que se me escapa la esencia de lo que nos quieres transmitir, sé que se me escapa...lo siento!

    Un enorme abrazo, querido amigo!!!

    Sigo leyendo...

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