domingo, 23 de diciembre de 2012

XV.

En este valle de sombras
habitan verticales tumbas ignoradas.
Entre las penumbras por la luna causadas,
palpitan quietudes de semejantes
que un día fueron dueños de su presencia.
Y tú, sombra de la noche que anhelas un mañana
¿Quién desterró de ti los ojos?
sombra, oh sombra que yaces en el susurro opaco de la vida..


Cuánta luz y calor desperdiciado, me decía, mientras caminaba con paso plomizo por la vereda húmeda y fría, los frondosos cubiertos de luces me invitaban a pararme por un instante, como un juego extraño, como queriendo darme luz, calor. Entre el gentío, paseaba mirando la mojada acera, cabizbajo, evitando sus miradas, observaba como de ella, surgían las sombras gracias aquellos luminosos árboles y los escaparates relucientes y brillantes que les invitaban a pararse; mientras, yo, me quedaba en silencio intentando evadirme del bullicio de aquello todo perdido, sus etéreas sombras pasaban junto a mí, ataviadas de risas y abrazos. Todos ellos ajenos. 

Cuánto frío, me decía, mientras pensaba en la cena navideña hacía la que me dirigía con paso de cristal. En aquel comedor social de la ciudad, ciudad, por la que tantas veces caminé con la cabeza alta y la mirada ajena a todos aquellos pequeños charcos en dónde se sentaban los huesos y carnes tristemente abandonados. Sombras proyectadas sobre ellos de mí mismo. Llegué al comedor social, y la cola que se formó invitaba al ayuno pese al frío de mis pies, de mis manos, de mis ojos. 

Aguanté recostado contra el muro eclesiástico con la mirada perdida hacia un ventanal del que sin duda era un cálido hogar, las ventanas empañadas indicaban lo lejos que estaban de la noche cerrada. Cené aquella sopa de fideos, dos huevos duros con tomate, un pedazo de pan y de postre, la misericordia gritona y complaciente de un "demos gracias a Dios". Nunca me di cuenta, de que hacía ya mucho tiempo que la Navidad dejó de existir -al igual que el humano- en el supuesto de que un día la, y lo hubo. 

2 comentarios:

  1. Triste, pero la verdad no me sorprendió. Es la época de las tristezas llamada navidad, esa que solo ilusiona a los niños (algunos) que se ven deslumbrados por las luces, regalos e ilusiones pero cuando se empieza a ver la realidad ya solo vemos esas sombras que nos acompañan… En fin. Que se está por estar.

    Besitos.

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  2. Mi querido Ramón!!!!!
    Perdona por llegar tarde a esta cita de tu vida, se me encoge el corazón y las lágrimas no me dejan ver bien el teclado, pero para eso está el borra y vuelvo a escribir, pero no hay nada que borre ese sentimiento de soledad, soledad y tristeza por lo vivido y cómo personas como tú, escriben y sienten lo que tú has debido de sentir.

    Tan solo puedo dejarte mi cariño, mi amistad y una triste despedida, pues siento que en cada poesía que subes en la entrada es un paso más que te aleja de todos nosotros, tus amigos y eso me entristece y bueno que no quiero ni pensarlo y...ya está que no veas, cómo me estoy poniendo, no te digo más que te sigo abrazando y a este paso me cuelgo de tu cuello y no me suelto ni a la de tres, haber si así consigo retenerte un poquito más ;).

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